Frunzo
el ceño, ¿suena? Ni que fuera una niña pequeña que no sabe limpiarse los mocos
por sí sola. Me cruzo de brazos y dejo que permanezca con el pañuelo sobre mi
nariz sin hacer nada. Eso le produce una pequeña sonrisa y hace que se le
iluminen los ojos.
-Vamos
Clare, suena.- dice como si estuviera hablando a una niña pequeña- Mira, se
hace así.- cierra los ojos y empieza a
soplar por la nariz muy fuerte, es más tonto cuando quiere…- Venga, ahora tu.
Al
final me doy por vencida y dejo que me suene los mocos, cuando acabo él termina
de limpiarme las lágrimas y sonríe.
-Muy
bien- dice, y sigue hablando como si yo fuera pequeña.- ¿Ya pasó?
Una
sonrisa aparece en mi cara, pero la intento reprimir, no estoy enfadada con él,
pero quiero estarlo. Me giro para que no vea que estoy sonriendo y abro la
puerta de mi cuarto. Escucho que suelta una carcajada por detrás y de pronto me
agarra de la cintura y nos mete dentro del cuarto.
-¿Te
has enfadado, Clare?- dice dándome besos
en la mejilla entre sonrisas.- No te enfaaadeeeesss….- dice usando el mismo
tono que pone mi hermano cuando quiere que le perdone.-Quita, tonto- digo soltando una carcajada e intentando soltarme de sus brazos.
-Clare se quiere ir…- dice con el mismo tono y agarrándome más fuerte- ¿Me perdonas?
Me cruzo de brazos y dejo de resistirme, me doy la vuelta y le miro de frente con media sonrisa.
-Si en el fondo te encanta que te limpie los mocos,- dice soltando una sonrisa- perdóname.
-Bueno…- dijo rindiéndome y sonriendo- pero que sea la última vez que me tratas como a una niña pequeña.
-Sabes
que no lo cumpliré- dice soltándome y riéndose.- Pero en el fondo me quieres
por ser así.
-Lo
peor es que lo se.- digo riéndome- Dame un beso, tonto.
Una
sonrisilla picara aparece en sus labios y sus ojos vuelven a iluminarse.
-¿Y si
no quiero?
Le doy
un puñetazo flojo en el brazo y le miro con el ceño fruncido.
-¿Cómo
que si no quieres?- le digo- Dame un beso.
-No,
no- dice negando con la cabeza.
De un
brinco salto a la cama y con otro, salto hacia él agarrándome con las piernas
en su cintura y con los brazos a su cuello. James me ha agarrado por simples
reflejos y veo como sonríe. Intento buscar su boca pero él me la aparta cada
vez que la encuentro. Así que empiezo a darle besos en el cuello diciéndole:
-Dame
un besoooo…- como si de una niña pequeña me tratara.
Al
final cede y deja su cara quieta para que la bese, me acerco a ella, pero antes
de hacerlo sonrió y miro a sus verdes ojos que tan bien conozco.
-Si
solo te quisiera en el fondo por lo que eres…- digo, aunque no puedo acabar la
frase por que el me besa.
El beso
es dulce, cargado de amor e interminable; no me quiero separar de él, me quiero
quedar así eternamente y que todos los problemas que tenemos se disuelvan y
desaparezcan. Al parecer el siente lo mismo que yo, porque nuestros besos
aumentan y me apoya en una de las paredes mientras y me sigo agarrando a su
cintura con las piernas. Un hambre voraz se apodera de mi y lo único que quiero
es besarle más, no separarme aunque me este quedando sin aire y que todas esas
preguntas que mi conciencia me grita se vayan y se esfumen. Todo se convierte
en un torbellino de sensaciones que nunca había experimentado con James.
Mis
piernas se amarran más fuertes a su cintura, y mis manos buscan incesablemente
su cuerpo. Su boca ya no está sobre la mía, sino sobre mi hombro; tengo tiempo
para recuperar el aire de mis pulmones mientras él me besa el cuello
produciéndome oleadas de deseo. Entonces el regresa a mi boca y nos miramos, sus
ojos febriles destellan, y su pupila no deja apenas ver el iris; respiramos
agitadamente y de pronto entiendo que mis manos están recorriendo piel desnuda,
cuando toco su espalda. ¿Cuándo le he quitado la camisa? ¡Me da igual! Vuelvo a
besarle y noto donde se habían escondido sus manos, en mis piernas, bueno, más
bien en mis glúteos. James se aparta de mi boca y empieza a mirarse a sí mismo
y después a mí. Su expresión de confusión es fuerte y creo que también ha
perdido la noción del tiempo cuando dice:
-Clare,-
con una voz ronca- siento decirte que
creo que deberíamos parar.Me miro a mi misma, y veo que el bonito vestido verde de esta mañana está por encima de mi ombligo. Automáticamente enrojezco, ¿Cómo ha acabado así? Y vuelvo a sentir las manos de James sobre mi culo. ¡Madre mía! ¿Qué estamos haciendo?
-Sí,-
digo avergonzada- creo que deberíamos parar.
Desengancho
mis piernas y él me baja lentamente hasta que mis pies tocan el suelo, recoloco
el vestido hasta su estado original y veo que James mira a su camisa del suelo
con aire extrañado.-¿Cuándo me has quitado la camisa?- me pregunta recogiéndola.
-No… Lo
sé…- respondo intentando recordarlo- ¿Cuándo has subido el vestido por encima
de mi ombligo?
- Ni idea…- se rasca la cabeza y se coloca la camisa- Creo que debería irme a mi cuarto, a
cambiarme, la cena estará a punto de salir…
Se da la vuelta y desaparece por la puerta. Me apoyo en la pared me deslizo suspirando. Necesito a Katie aquí conmigo para contarle estas cosas. Mi cabeza esta echa un lio. Me levanto y voy a un baño que tiene un espejo enorme y me miro en el, tengo el pelo revuelto, los ojos brillantes todavía por el evento ocurrido, los pómulos enrojecidos y los labios hinchados. Me echo un poco de agua y me peino, me recojo otra vez el pelo de la cara. Me dirijo hacia el gran armario empotrado en la pared y elijo una blusa roja con unos pantalones negros. Después de eso me coloco el collar que he llevado en el bolsillo desde que Katie me lo dio.
Lo miro y sonrió. Lo ha dejado realmente bonito, la madera hay que cuidarla y en tres años esta pieza ha permanecido en mi cuello, acaricio el lugar donde la C y la J se juntan para siempre haciendo una promesa y leo la inscripción que contiene una de las hojas que ramifican el colgante: `Somos un árbol entrelazado que jamás se separará.´ Lo dejo en su lugar habitual del cuello y salgo de la habitación.
Me encanta
ResponderEliminaruna gran capiii, me fascina quiero el siguiente pronto :) ñ.ñ
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